Activos totalmente depreciados: Implicaciones y efectos en los Estados Financieros

Los activos fijos, como maquinaria, vehículos, edificios y equipos, son elementos esenciales para el funcionamiento de una empresa. Con el paso del tiempo, estos activos pierden valor debido al uso, desgaste o a que se vuelven obsoletos.  

Cuando un activo fijo se ha depreciado por completo, su valor en libros llega a su valor residual o incluso a cero. Esta situación no necesariamente implica una distorsión en los estados financieros, siempre que la vida útil y el valor residual hayan sido correctamente estimados desde el inicio. Sin embargo, si estos parámetros no se han revisado correctamente, se puede seguir utilizando activos fijos que ya no reflejan ningún valor contable, lo que generaría un impacto relevante en la presentación de la información financiera. A continuación, se explica qué sucede en estos casos.

 
¿Qué es un activo totalmente depreciado?
Un activo fijo totalmente depreciado es aquel cuya depreciación acumulada iguala a su costo de adquisición menos su valor residual estimado. En otras palabras, se ha reconocido contablemente la totalidad de su costo depreciable como gasto. No obstante, que un activo esté totalmente depreciado no significa que el activo deje de ser útil. Muchas veces, las empresas continúan usando estos activos sin inconvenientes, a pesar de que ya no tengan valor en los libros contables.
 
¿Cómo afecta a los estados financieros?
Cuando un activo fijo está totalmente depreciado, y se mantiene en el estado de situación financiera, pero con un valor neto contable de cero. Esto puede distorsionar la presentación de los activos fijos, ya que los activos fijos aún están en uso, pero no refleja ningún valor.
Por otro lado, en el estado de resultados no se registra más gasto por depreciación para el activo totalmente depreciado. Si el activo continúa generando ingresos, esto puede hacer que la empresa parezca más rentable de lo que realmente es, porque no se está reconociendo un gasto que refleje el consumo de los beneficios económicos futuros asociados a este activo, lo que en esencia es la depreciación. Sin embargo, si la depreciación de este activo está relacionada con la producción y se capitalizó como parte del costo de inventario, no afectaría directamente la utilidad bruta hasta que los productos sean vendidos. Finalmente, en el estado de flujos de efectivo, la depreciación, al no ser una salida de efectivo o equivalente de efectivo, no afecta directamente el flujo de efectivo.
 
Recomendaciones para el manejo adecuado de activos
Para evitar errores en la presentación de los estados financieros y en la toma de decisiones relacionadas con los activos fijos, las empresas deberían considerar: 
  1. Revisar periódicamente la vida útil de los activos: La vida útil es una estimación de la gerencia y debe ser revisada anualmente. Por lo cual, es importante que las empresas evalúen si la vida útil estimada inicialmente sigue siendo realista. Si un activo fijo sigue funcionando después de estar totalmente depreciado, puede indicar que la vida útil fue subestimada, lo que podría haber llevado a una depreciación acelerada en periodos anteriores. Actualizar esta estimación garantiza que el gasto por depreciación se reconozca de manera adecuada durante la vida útil del activo fijo.
  2. Estimar correctamente el valor residual: El valor residual de un activo es el importe estimado que la entidad podría obtener actualmente por la disposición del elemento, después de deducir los costos estimados por tal disposición, si el activo ya hubiera alcanzado la antigüedad y las demás condiciones esperadas al término de su vida útil . Una estimación adecuada ayuda a calcular con mayor precisión la depreciación. Si este valor se omite o se subestima, puede llevar a una depreciación excesiva.
  3. Mantener registros actualizados de todos los activos fijos: Mantener en los registros contables y operativos todos los activos fijos, incluso aquellos que ya estan totalmente depreciados. Aunque no tienen un valor contable deben de seguir registrados para fines de seguimiento físico, mantenimiento, seguros, auditorías, cumplimiento tributario y planificación de reemplazos. Esto ayuda a llevar un mejor control físico y operativo del inventario de activos fijos.
  4. Coordinar entre contabilidad y operaciones: Es importante que el área contable trabaje de manera coordinada con los departamentos operativos y de mantenimiento para evaluar el estado real de los activos. Esta comunicación facilita la toma de decisiones informadas sobre ajustes contables y reemplazos.
  5. Cumplir con las normas contables vigentes: Las empresas deben asegurarse de aplicar correctamente las NIIF. Esto asegura una adecuada presentación de la información financiera.
 
Conclusión
La presencia de activos totalmente depreciados no implica, por sí sola, una distorsión en los estados financieros, siempre que la vida útil y el valor residual hayan sido estimados de forma razonable y revisados periódicamente, tal como lo establece la NIC 16. Sin embargo, cuando estas estimaciones no se actualizan oportunamente, se compromete la fiabilidad de la información financiera y se limita la capacidad de la gerencia para tomar decisiones informadas sobre la gestión y reposición de activos. Conforme al párrafo 51 de la NIC 16, las entidades deben revisar al menos al cierre de cada periodo si las vidas útiles o valores residuales requieren ajustes. Asimismo, mantener activos totalmente depreciados, pero aún en uso sin reflejo contable adecuado puede afectar indicadores clave de desempeño. Por ello, resulta esencial que la contabilidad refleje fielmente la realidad económica del uso de los activos, promoviendo una gestión más eficiente y transparente.
 

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